THE ARTIST MAGAZINE

El Principal, ni microteatro ni sala off, el espacio heredero de La Casa de la Portera está en Santander

Cuando José Martret y Alberto Puraenvidia abrieron en 2012 en Madrid La Casa de la Portera y un año después La Pensión de las Pulgas, puede que no fueran conscientes de que estaban cambiando la forma de ver teatro en España. Sus proyectos sirvieron de inspiración a otros como El Principal Santander, aún en activo después de seis años y dos de cierre pandémico.

Una casa que se abre, un espectador que entra y un drama que se representa. No es un escenario, no es un teatro ni una sala alternativa, es una vivienda real. Y sobre todo, no es microteatro, ni escenas cortas ni chistes largos. Solo teatro de verdad, de 60 a 90 minutos, con la firma de autores clásicos como Ibsen o Strindberg y representado a escasos centímetros de la cara del espectador que queda atrapado en la acción, reprimiendo el gesto de la mano que evitaría el suicidio del protagonista, reteniendo las ganas de contarle a la chica que su marido y su madre la están engañando.

Ni aficionados al teatro ni quienes jamás se plantearon pisar una sala se libran del efecto que el teatro de cerca crea en el espectador. Un efecto que apela directamente al voyeur que todos llevamos dentro, al cotilla irredento que guarda silencio en su casa mientras escucha lo que ocurre en la del al lado.

La Casa de la Portera y La Pensión de las Pulgas cerraron sus puertas pero El Principal Santander continúa. Más de 11.000 personas en grupos reducidos han disfrutado ya de 300 funciones de montajes de autores clásicos europeos bajo la dirección de Edy Asenjo en el espacio los días 10 y 24 de septiembre ofrece dos representación de EX, montaje basado en la noticia de prensa que inspiro a Albert Camus a escribir El Malentendido.

El Principal es el salón de una vivienda del centro de la ciudad cuya dirección permanece secreta excepto para los 30 espectadores que reserven su entrada en el 606897950. Está  concebido para ofrecer al espectador la experiencia de disfrutar del teatro tal y como si la acción se estuviese desarrollando ante sus ojos en una habitación, sin efectos ni escenografía añadida. El formato de El Principal supone una puesta por la máxima calidad interpretativa ya que el peso de la función recae exclusivamente sobre unos actores que interpretan a centímetros de distancia del espectador.

Pero El Principal ofrece además una experiencia lúdica y social que comienza para el espectador desde el mismo momento en el que realiza la reserva, continúa cuando el mismo día de la función recibe un mensaje desvelando la hasta entonces secreta ubicación de El Principal, y continúa cuando es recibido en un cóctel en la biblioteca de la vivienda que momentos después acogerá la representación.

 

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